Persiguiendo sueños.

Hoy traigo un texto algo diferente. 
Como algunos sabréis en segundo de bachiller siempre te piden los temidos comentarios de texto, a mi, contradiciendo, me gustaba hacerlos, y aquí os dejo uno. Sobre los cambios en el ministerio de educación que se han ido haciendo desde hace mucho.
Como es un texto antiguo no he cambiado nada de la forma, para traerlo tal y como lo escribí en su momento.
Espero que os guste, y que me dejéis vuestra opinión en los comentarios.
Como siempre, 
GRACIAS POR LEER.



***

Elena, si estás leyendo esto es que aún sigues siendo estudiante, y lo que es más probable, estás metida en un laberinto lleno de ideas, sentimientos y preguntas, miles de preguntas que no alcanzas o no quieres llegar a responder.
¿Qué elegir? ¿Qué estudiar? ¿Qué es lo que quiero llegar a ser? ¿Cuál es la opción correcta? ¿Y la incorrecta?

Al ser tu hermana mayor, te llevo un poco de ventaja. Probablemente en este momento esté viviendo en la ciudad de mis sueños, leyendo uno de esos libros que sirven para hacer pesas y que nunca entendiste por qué leía. Y si no lo estoy haciendo, te doy permiso, es más; te suplico, que vengas hacia donde quiera que esté y me despiertes de mi total estupidez. 
Porque si los sueños están para cumplirlos y te envío esta carta pidiendo que tu hagas lo mismo, por qué no voy yo a hacer lo que te aconsejo.

Siempre has sido una chica de ciencias; te gustaban las matemáticas en el colegio y cuando llegaste al instituto te gustaban las ciencias naturales y la tecnología, mientras que las redacciones de lenguaje las dejabas para lo último, y, para qué mentir, siempre te ayudaba yo un poquito.

En primer lugar quiero que sepas que cuando yo empecé a escribir esta carta, nuestro "amable" ministro de educación (de aquel entonces), estaba decidiendo, aunque no solo, que los alumnos no salían preparados de las facultades y que nuestro querido país necesitaba lo que yo denominé como "pequeños y recién formados robots autómatas" que realizaran una actividad o un trabajo, en la gran cadena productiva en la que parecía que se estaba convirtiendo el mundo.
Y yo, como parece que me gustaba contradecir, elegí letras; con la maravillosa literatura, la interesante historia, el revivo latín...

En segundo lugar quiero decirte que sigas tu instinto, pero también a tu corazón, que estudies biología y física si quieres, pero que no olvides que al fin y al cabo todos tenemos una filosofía de vida, una historia a nuestras espaldas y un lenguaje en nuestras palabras.
Y que en algún tiempo pasado, esas cosas que algunos consideran insignificantes y que merecen la desaparición, fueron algo y han llegado a ti tras siglos de piedras talladas, pergaminos, hojas de papel, pluma, imprenta, bolígrafo y ordenador. Y que todo ello forma el conjunto del mundo, junto con la física, la química, la biología, la geología y mil cosas más que acaban en -ía, que no merecen ser olvidadas; porque puede que dentro de miles de años, en otra era, alguien ávido de saberes del pasado, rebusque entre ese montón revuelto de papeles que es la historia, escrito en un lenguaje y con la filosofía de la época. 
Y descubra que hace mil años se descubrió la cura para el cáncer, que un biólogo marino encontró uno de los eslabones perdidos  de la cadena evolutiva o que un físico creó algo mejor que la energía nuclear. 

Como defensora de la continuación de las humanidades en los estudios, debería decirte que estas son mejores, que es lo único que sirve. Pero no te lo puedo decir.
Porque mi opinión, si no te has dado cuenta ya, no es esa. 
Lo que yo opino, es que cada persona debería hacer o estudiar lo que le guste; lo que le apasione, y sin despreciar lo que esté estudiando un antiguo compañero. 
Supongo que tras esta larga carta pensarás que estoy loca y te sentirás un poco más confusa, y espero que pronto te des cuenta del fin.

Lo que yo quiero decir es que estudies lo que estudies no olvides la otra rama del saber.
Si quieres ser bióloga, física o paleontóloga no olvides leer, perderte por esos tiempos lejanos o saber diez palabras en latín.

Y si lo que quieres es ser profesora de filosofía o quieres estudiar la filología clásica, tampoco te olvides de aprender qué es un átomo, cuáles y cómo eran nuestros antepasados o como se llaman los planetas.

Y sabiendo mucho sobre la rama elegida y un poco sobre la restante, podrás ver el mundo desde otra perspectiva; desde la perspectiva de alguien que sabe de ciencias y de letras, aunque se más de una que de la otra, y puede que en algún momento puedas aconsejar bien a un ministro de educación a decidir o a un pequeño estudiante que esté en la misma situación que tu ahora mismo y ayudarlo, como espero haber hecho yo contigo.

De tu hermana, que te pide que persigas tus sueños.


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